• Por qué no quise ser famoso?



    Soy una persona que le encanta el arte y quienes me conocen saben que desde niño me encanto el teatro y ser un cuentacuentos, me gusto la pintura y aunque fracase en el baile también me gusta en una que otra rumba ponerme a bailar, fui proyecto de ingeniero electrónico, cosa que no se dio muy bien en mi vida porque la motivación fue otra, estudié teatro y participe en obras y aunque pude llegar muy lejos al aparecer fugazmente en algunos programas y novelas de televisión, donde me auguraron buen futuro el querer estudiar psicología me desvió del rumbo de la actuación la fama y el Jet Set. -No me arrepiento y no me importa la verdad.

    con el pasar de los años he conocido más en la sonrisa de un niño de los programas en los que trabajo o ese apretón de manos de un hombre del campo luego de trabajar en algún proyecto recibió algo beneficioso que el aplauso fútil de las luces de la escena. He conocido la tristeza que se esconde sombría en las esquinas de los barrios bajo las lagrimas dolientes de una madre sin hogar que a tientas recorre el mundo buscando un mendrugo de pan a su agobiada familia y que gracias a un programa que muchos llaman asistencialismo político logro llevar una sopa a su hambrienta familia, viendo como la sonrisa sin dientes de un infante de camisa rota y pies descalzos me abraza con sus uñas sucias, su pelo ensortijado, tieso por la mugre y el sudor pero con una alegría sincera de ver llegar a ese equipo de personas que día tras día luchan por mejorar su calidad de vida, lejos de las cámaras de televisión y el mundo efimeramente perfecto de las presentadoras de estilo RCN o de las comediantes satíricas que se burlan de los poco agraciados físicamente.

    No por eso he dejado de lado lo que me gusta, anhelo mis años de teatro y mi vida de cuentacuentos, me gusta hacer comedia y contar historias, pero la fama exige que entres en un modelo basado en lo rutinario, en lo que mandan las revistas, en lo que dicta la masa y el meterse en ese mundo exigiría matar mis pretensiones críticas de una sociedad adormecida, hoy leyendo un artículo hueco y vacio de Alejandra azcárate entendí el por qué nunca me intereso ser famoso, porque no soy un viaje de coca que lo valoran por peso, ni un reloj de oro que venden por kilates, soy un ser humano que vale por lo que siente y no por lo que pesa. triste saber que hay tanto ser vacío que lo único que tiene es un espejo al cual mirarse y otro tanto grupo de ojos que si no te ves bien no les importas. gente plástica.....sin corazón.

    y por eso.... no fui famoso.
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